Mantener una relación con un adicto no es fácil. La droga a
la que está enganchado se convierte en el centro de su vida, y su pareja y
familia acaba por pasar a un segundo plano, junto con cualquier otra cosa que
no sea la adicción.
Conforme la adicción se va haciendo más intensa, el adicto
deja de ser capaz de cuidar de su pareja de proporcionarles apoyo, escuchar sus
problemas o atender sus necesidades.
Si has crecido en una familia normal y sana, te darás cuenta
de lo que está pasando, pero si te has criado con un adicto, seguramente veas
esta situación como normal, familiar y conocida. Aun siendo dañina, te aporta
cierta seguridad porque es lo que has conocido en tu infancia. Puede que
pienses que es normal que no se tengan en cuenta las necesidades emocionales de
los demás, que no esperes que tu pareja esté ahí para apoyarte cuando te
sientas mal, para pensar juntos en solucionar y afrontar los problemas que
surjan, o para consolarte cuando lo necesites, tal y como hacen las personas
que mantienen una relación de sana. Tal vez sientas que falta algo, pero no
tienes del todo claro de qué se trata.
De este modo, puedes llegar a establecer una relación de
codependencia con tu pareja adicta, porque el adicto depende de ti para
sobrevivir con su adicción, y tus necesidades emocionales no satisfechas
encuentran una especie de sustituto en tu dedicación a cuidar de esa persona.
Es decir, la dependencia que siente hacia ti te hace sentir que te necesita, y
por tanto, que te ama. De ese modo satisfaces tu necesidad de conexión,
intimidad y atención.
Pero la dependencia no es amor, es solo un falso sustituto
que resulta destructivo para ambos, porque hace que la situación se mantenga,
que el adicto siga siendo adicto y te siga necesitando. A su vez, tú sigues
necesitando de su adicción, de su necesidad de ti. emocional
Conforme pasa el tiempo y ves que nada cambia sientes ira y
frustración. El adicto no hace nada por recuperarse o sus intentos fracasan una
y otra vez. Te sientes decepcionado, engañado, cansado de promesas rotas y
falsas esperanzas. Tus intentos por ayudarle no dan resultado, pues no es fácil
ayudar a un adicto, pero aun así es posible que te sientas culpable e impotente
por no poder cambiar la situación. Puede que incluso te acabes deprimiendo.
En algunos casos, el adicto puede ser agresivo o maltratar a
su pareja. Si este es tu caso, puede que te culpes también por el abuso y te
avergüences. Esto sucede porque las personas a menudo tienden a pensar que si
alguien los maltrata es porque no son capaces de impedirlo y se sienten débiles
o incompetentes, o incluso pueden pensar que lo merecen, porque sienten que
valen muy poco como personas. Pero lo cierto es que cualquier persona en
cualquier momento puede ser maltratada por otra y no hay más responsable de ese
maltrato que aquél que lo lleva a cabo.
De este modo, puedes llegar a establecer una relación de
codependencia con tu pareja adicta, porque el adicto depende de ti para
sobrevivir con su adicción, y tus necesidades emocionales no satisfechas
encuentran una especie de sustituto en tu dedicación a cuidar de esa persona.
Es decir, la dependencia que siente hacia ti te hace sentir que te necesita, y
por tanto, que te ama. De ese modo satisfaces tu necesidad de conexión,
intimidad y atención. Pero la dependencia no es amor, es solo un falso
sustituto que resulta destructivo para ambos, porque hace que la situación se
mantenga, que el adicto siga siendo adicto y te siga necesitando. A su vez, tú
sigues necesitando de su adicción, de su necesidad de ti.
Al final, la relación puede acabar rompiéndose, sobre todo
cuando te das cuenta de que se ha vuelto demasiado destructiva y te está
haciendo daño. Pero todo el daño causado, tu baja autoestima, tu sensación de
fracaso o de culpa pueden seguir contigo, así como tu forma de relacionarte con
los demás. Por este motivo, es posible que necesites la ayuda de un psicólogo
para recuperarte y porque, si has pasado tu infancia con un padre o madre
alcohólico, es posible que hayas aprendido un modo de relacionarte con los
demás que te predisponga a relaciones de codependencia.
Incluso si la relación no es especialmente destructiva y
deseas seguir con tu pareja, puedes necesitar ayuda para manejar el efecto que
la relación tiene en ti. Es posible que necesites aprender a ser asertivo, a
saber cómo lograr que tus necesidades emocionales se tengan en cuenta y se
satisfagan, a identificar tus emociones correctamente, a manejar la ira y a
manejar esa necesidad de control que puedes estar sintiendo.